lunes, 27 de mayo de 2013

Prohibido Olvidar (Parte I)



Ejercí mi derecho y cumplí mi deber.
A pesar de tu tentadora oferta violenta,
sobreponiéndome a tu abuso y a tu represión,
haciendo caso omiso de tu mano dura,
ejercí mi derecho y cumplí mi deber.

Millones de voces resonamos en una sola,
en la voz de la esperanza, indignada de ser ignorada,
pero sobre todo, dispuesta a ser escuchada.
Se acabó tu tiempo, Arbitrariedad.
Se acabó tu tiempo, sodomizador de voluntades.
Se acabó tu tiempo.

Eso pensábamos.

¿Qué podíamos hacer los manos blancas?
Se nos quitó la dignidad, se nos reprimió con fiereza,
contra el muro de hierro había poco qué hacer,
contra las armas impunes y malditas,
contra el bozal de arepas, contra la desinformación.
Estábamos vencidos.

Eso pensábamos.

Llegó el turno de la Academia, la casa del conocimiento
No te convenía que nadie formara conciencia crítica,
porque se darían cuenta de tu farsa,
de tu hipocresía, de tu ficción continua
Pero te olvidaste de nosotros, los que ya te conocíamos,
se te olvidó que seguíamos aquí,
y que Newton tenía razón en su tercera ley.

Eso pensábamos.

(Continuará... O, con suerte, quizás no)